(MARTES 09 DE NOVIEMBRE, 2021-EL JORNAL). Sherlock Holmes, ese personaje mítico de Sir Arthur Conan Doyle, siempre se remitía los hechos cuando el doctor Watson empezaba a especular.
Y si seguimos el consejo de ese personaje tan vivo que parecía real, sacaremos conclusiones extraordinarias, basados en un método tan sencillo como la comparación.
Si vemos, por ejemplo, cómo Alphonso Davies, con 21 años, es la estrella del equipo canadiense y titular indiscutible en el Bayern Munich, y luego miramos lo que pasa con Bryan Oviedo (31 años), quien no juega ni el minuto extra en el Coopenaghue, tendremos dos realidades absolutamente contrapuestas.
Por deducción, que era la gran afición de Holmes, se puede inferir que mientras Canadá decidió hacer un proceso de cambio, y hoy al menos el 50 por ciento de sus jugadores se ubica en la franja de los 23 años, Costa Rica apostó por continuar con futbolistas veteranos, cuyo mejor rendimiento ya pasó hace al menos cinco años.
Si cotejamos los meses que tiene Luis Fernando Suárez en el banquillo y lo comparamos con los tres años de John Herdman en Canadá, en esta compartiva también sale perdiendo la Selección Nacional.
Si añadido a ello, se analiza el comportamiento de Costa Rica y Canadá desde el punto de vista de juego en equipo, aquí también sale mal parada la Selección.
Si nos detenemos a sopesar el ambiente alrededor de ambos equipos, nos daremos cuenta de que es como comparar al cielo con la tierra. Cada nada es todo calma. No llegan noticias. Costa Rica es un volcán a punto de estallar: lesiones que afectan, jugadores que corren para tener la visa canadiense y futbolistas que son convocados pero no juegan en sus clubes.
Si por la víspera se saca el día, lo que nos espera el viernes no puede tener un buen desenlace, si toda la historia previa apunta a una catástrofe. Mientras tanto, la dirigencia federativa sigue vendiendo su discurso de cuento de hadas.
El cara a cara entre Alphonso Davies y Bryan Oviedo es una metáfora grosera de cómo está cada selección, por lo tanto, para el viernes conviene tener el rosario en la mano y una alta dosis de realidad en el corazón, por aquello de que sea una larga noche.
El cara a cara entre Davies y Oviedo es más que elocuente. Y las pistas de este caso llevan al observador a conclusiones fáciles, aunque el fútbol siempre se guarda su carta del azar, quizá haya que atenerse más al método deductivo de Sherlock, dado que acertaba en el 90 por ciento de los casos.