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Centroamericanos decepcionados con su gobiernos

 

Rafael Ugalde Quirós*
Rafael Ugalde Quirós*

rafaelangelu@yahoo.com

(SAN JOSÉ, 08 DE MAYO, 2014-EL JORNAL). Tres recientes virajes  electorales en Centroamérica  confirmaron en menos de sesenta días, duros reveses contra las elites neoliberales  que en tres décadas de privatizaciones dejan en el istmo una esquela de corrupción y inequidad social.

Con la declaratoria  del Tribunal Electoral de Panamá de  Juan Carlso Varela como presidente electo de ese país, el más acérrimo defensor de la causa neoliberal en la subregión, el proyecto económico del gobernante Ricardo Martinelli, sufrió uno de los más duros golpes.

No solo fue derrotado en sus aspiraciones de cambiar la Constitución Política panameña para reelegirse un quinquenio más, sino que el panameño promedio apostó por un Ejecutivo más centrado en la ética y la trasparencia, que por  un concepto de “desarrollo” con desigualdad y inequidad.

Varela, paradójicamente actual empresario y vicepresidente de Martinelli, dijo a pocas horas de conocer su elección que su país iniciaba una nueva ruta a favor de la unidad y de servicio al pueblo.

“Viene un gobierno con visión de Estado.Viene un gobierno con hombres y mujeres con el único compromiso de servir a Panamá.Viene un gobierno que luchará a favor de la justicia social y no va a tolerarse la corrupción en ningún estamento”, enfatizó.

La apretada victoria de Varela de un poco más del 39% de los votos sobre sus más cercanos colaboradores en los comicios del 4 de mayo, el oficialista Cambio Democráticio (32,07%) y el Partido Revolucionario Democrático ( 27;47%), obligará  al futuro Ejecutivo panameño a buscar consensos sobre aquellos proyectos de ley polémicos.

Igual circunstancia ocurrió en las recientes elecciones costarricenses, cuando resultó electo el historiador Luis Guillermo Solís, quien igualmente prometió la lucha frontal contra la corrupción y a favor de la transparencia.

Solís aceptó que su país de cuatro millones de habitantes en treinta años de  privatizaciones sigue sin resolver los problemas de desigualdad social que la elite neoliberal suponía acabarían cuando el vaso de la riqueza se rebalsara.

La reducción de importantes carteras como el Ministerio de Obras Públicas y Transportes acrecentó los problemas de la corrupción en el campo de la construcción de infraestructura.

Asimismo, ajustes en el campo de la salud que en los últimos años fomentaron el negocio de la medicina privada con evidentes impactos negativos en la  seguridad social.

El Partido Frente Amplio acaba de estimar que el desempleo abierto ronda el 8 por ciento y que los ingresos reales de una mayoría de costarricenses disminuyeron abruptamente desde la implantación de las políticas neoliberales.

Llama la atención que “el soberano” costarricense en las elecciones del pasado 6 de abril tampoco otorgó al gobernante electo poderes incondicionales como ocurría en el pasado.

Si bien Solís obtuvo una amplia victoria el 6 de abril frente al Partido Liberación Nacional, principal impulsor del proyecto neoliberal, el 2 de febrero en unos primeros comicios generales solo contó con la escogencia de 13 legisladores, quedando obligado al consenso en aquellos proyectos de ley polémicos.

 

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Ricardo Martinelli condujo los destinos de Panamá en los últimos años.

Periodista y abogado, UCR.

 

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