Cásate y sé sumisa

CIUDAD Y CAMPO

(SAN JOSÉ, 26 DE NOVIEMBRE, 2013). Deliberadamente he puesto el título sin comillas, a sabiendas de la reacción inmediata de los lectores de tan pobre sutil titular, que es en realidad el que lleva un libro escrito por Constanza Miriano, y que en España ha contado con el patrocinio del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez.

“Cásate y sé sumisa”, es una invocación a la obediencia femenina: para que la mujer se dedique a hacer los deberes del hogar,  es decir, lavar platos, limpiar, atender a los niños, mientras los machos-proveedores se dedican a ver la televisión y el partido en directo.

Está auspiciado por la editorial Nuevo inicio, cuyo nombre, en sí mismo no solo es una redundancia innecesaria, sino que respalda iniciativas impensables en tiempos en que el propio papa Jorge Bergoglio ha comenzado una cruzada sin precedentes para darle el espacio que la mujer se merece en la sociedad y en la iglesia católica que representa.

“Cásate y sé sumisa” revela, una vez más, cómo las estructuras arcaicas de la iglesia católica se niegan a atender los tiempos actuales y es, como lo han denunciado algunos políticos españoles, una forma gratuita de invocar a la violencia contra la mujer.

En Italia el libro de Miriano ya lleva más de 50.000 copias vendidas y me pregunto cómo le iría a ese volumen en Costa Rica, donde solapadamente se habla mucho de igualdad de la mujer, incluso desde el punto de vista legal, al contarse con una ley para tales efectos, pero la práctica cotidiana parece, en muchos casos, indicar lo contrario.

“Cásate y sé sumisa” es sí mismo un título provocativo, violento, pero que se abre paso entre quienes hipócritamente dicen respaldar la igualdad y el respeto por la mujer, mientras exhiben sin pudor su pensamiento.