(JUEVES 08 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL). El fútbol de Costa Rica necesita hacer un cambio de mentalidad urgente y necesario, porque necesita percatarse de que con el torneo nacional no basta.
La Copa Centroamericana y la Liga de Campeones tendrán que merecer su atención y eso se hace desde la conformación de las planillas que, en adelante, no tienen solo que mirar al certamen local.
Si ya Nicaragua empieza a dar pasos de animal grande, Costa Rica ha hecho todo lo contrario: ha metido su cabeza como el cisne y ha dejado de observar el crecimiento futbolístico que se ha dado a su alrededor.
La mejor prueba es que la Liga de Campeones nos dura una semana. Con lo sucedido con el Herediano frente al Toluca se va por el mismo camino, porque con un gol doble en caso de empate, los florenses requerirán de un milagro para salvar la serie.
Veremos qué pasará con Saprissa, que se medirá con el Philadelphia Union y con Alajuelense que está sembrado para octavos de final del citado torneo, pero es indispensable ese cambio de mentalidad.
Y ese cambio pasa, también, por mejorar la infraestructura, ponerse acorde con los métodos de entrenamiento más modernos, inculcar un verdadero profesionalismo en los jugadores y entender que en el negocio actual del fútbol no es suficiente con el talento, como sucedía en antaño.
Hay mucho por cambiar y la reforma de los dos torneos regionales más importantes, que nos ponen a competir con México, Estados Unidos y Canadá, ha de ser el aliciente para un serioi cambio de rumbo.
Si no lo han logrado los seis mundiales mayores a los que ha asistido el fútbol costarricense, que lo hagan ambas competiciones, toda vez que quedarse con el campeonato local es darle la espalda al progreso y a la superación.
Los dirigentes tienen, desde luego, la última palabra. Ojalá no elijan quedarse en el pasado.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL