(MIÉRCOLES 14 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL). Costa Rica camina en la cuerda floja desde hace ratos en el fútbol profesional, aspecto que ha sido disimulado con las participaciones en los Mundiales.
Pese a ello, continuamos con canchas en mal estado o en su lugar sintéticas, las cuales empiezan a ser prohibidas en el balompié desarrollado.
La dirigencia sigue pensando como un aficionado, se preparara poco, a veces grita mucho, y piensa que tirando de chequera todo se soluciona.
Los que mandan, tienen el dinero, pero no el conocimiento y no quieren delegar en personas preparadas, lo que hace que nuestro fútbol se convierta en un círculo vicioso sin fin.
El trabajo que realizan los entrenadores se nota poco en los días de partido y esto puede suceder por dos razones principales: o se trabaja mal y poco, o los futbolistas son unos rebeldes a tiempo completo, y el día del partido hacen lo que les viene en gana. Saque, estimable lector, sus conclusiones.
Los partidos de la Primera División, en general, tienen un nivel muy bajo. Ritmo lento, impresiciones constantes, pocas sorpresas. Son juegos que a veces hay que verlos por rigor profesional, pero no porque despierten un verdadero interés. En estos casos, pienso en el aficionado, que paga, que se moviliza y que apoya, y se le compensa con migajas.
Pareciera que en Costa Rica no nos enteramos de por dónde va el fútbol profesional, el cual se juega a un ritmo altísimo, exige una gran precisión técnica y para responder a tales exigencias un cuidado enorme, desde las horas de descanso, hasta la alimentación más rigurosa que usted pueda imaginarse.
Hasta hace poco vi a un jugador cruzar la calle aledaña a su estadio y comprarse una empanada en una soda. No hay nada de malo en ello, excepto que quien lo haga sea un futbolista profesional.
Vivimos de cara al verdadero profesionalismo. En nuestro fútbol hay demasiados cabos sueltos. Por eso cuando viene la Americal Central Cup y la Concachampions, solo somos comparsa de los equipos mexicanos y estadounidenses.
El fútbol costarricense requiere un cambio sustancial y la dirigencia debe darse cuenta, ya, de que los cambios empiezan con ellos y que deben extenderse a todos los niveles.
De los anteriores temas, hablé en esta entrevista con el entrenador español Javier de Lucas, quien tiene la mirada fresca sobre qué pasa en nuestro fútbol, tras haber jugado en San Ramón hace más de treinta años y haber retonardo al país para reencontrarse con amigos.
El cambio es urgente y necesario.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL