(VIERNES 25 DE JULIO, 2022-EL JORNAL). Lo de Cartaginés es una situación excepcional, que requiere por lo tanto una respuesta similar, como si tuviera que hacer el aterrizaje forzoso que el inigualable Chesley Sullenberger (Sully) realizara en el Hudson, aquel inolvidable 15 de enero de 2009 en Nueva York, con lo cual le salvó la vida a las 155 personas a bordo en una hazaña extraordinaria.
Lo del equipo blanquiazul va por esa senda.
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Crhistian Rodríguez debería repasar lo que en su momento dijo Gil Manzano, su colega español, quien aseguró que él estudiaba, desde el punto de vista futbolístico, a los jugadores de los equipos a los que les iba a arbitrar, con el fin de tratar de entender en toda su dimensión su comportamiento. La labor ayer de Rodríguez en el Fello Meza fue un desastre.
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Los tres goles de Frank Zamora ante Sporting son una muestra de que si al talento se le agrega disciplina, el delantero santeño puede quedarse todavía unos años en la Primera División.
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Se disputó el clásico Real Madrid-Barcelona en Las Vegas y además de pancartas del publicista La Porta, quedó demostrado que la columna vertebral del equipo blanco la siguen conformando Curtois y los tres teneros, porque los Mariano, los Hazard, los Asencio, se sabe que no están ni estarán.
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Saprissa, después del susto inicial ante Pérez Zeledón, resolvió con facilidad su juego en Grecia, mientras que la Liga dio cuenta de un Guanacasteca candidato al descenso.
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Y mención aparte merece Alexander Vargas, el técnico, quien con mucha humildad lleva a este Puntarenas, que ya suma dos victorias en su regreso a la categoría mayor.
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Y lo de Kevin Vega ayer en el estadio brumoso está claro que no hay nada en el reglamento que le impida hacer esos malabares de más, pero con un 3 a 0 cualquiera es Cruyff, lo interesante es cuando esas acciones se realizan con el marcador ajustado y más que tres puntos de por medio.
Jornada variopinta, con el campeón en el sótano, listo para efectuar ese aterrizaje forzoso en la Vieja Metrópoli.
