(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 23 DE ENERO, 2019-EL JORNAL). En La Información del Silencio, cómo se miente contando hechos verdaderos y La seducción de las palabras, para citar solo dos de sus magníficas obras, Álex Grijelmo explica cómo los medios y, por ende, los periodistas, podemos mentir, incluso, si los hechos a que se refiere la información son veraces.
Pues bien, aunque cueste admitirlo, el admirado periódico El País de España, que ha dado un viraje hacia la derecha en los últimos años, pese a lo cual sigue siendo un diario de referencia mundial, da un ejemplo de cómo mentir con hechos verdaderos y de cómo manipular las informaciones, con el aparente simple uso de un adjetivo.
Ante la reticencia del Presidente de México, Manuel López Obrador, a firmar el comunicado del Grupo de Lima en días pasados, y al negarse a reconocer hoy al autoproclmado Juan Guaidó como presiente de Venezuela en representación del bloque opositor, los periodistas Javier Lauente y Naiara Galarraga tildan de «tibieza» la postura del gobierno mexicano.
Es sutil, señores, muy sutil, la forma en que ambos comunicadores desacreditan el legítimo derecho del presidente López Obrador a mantener la línea de, en este caso, reconocer al Presidente de Venezuela Nicolás Maduro.
Sorprende que un periódico tan serio, tan profesional, con tanta tradición de periodismo de calidad como El País, se preste para estos juegos políticos y manipude de esa forma al lector. Es, verdaderamente, una vergüenza.
«Su tibieza vuelve a ser un balón de oxígeno para Maduro», dice en un párrafo y agrega en otro: «La tibieza de México vuelve a situar al Gobierno de López Obrador ante un escenario controvertido. Más aún cuando las principales potencias de la región han celebrado la decisión de Guaidó de autoproclamarse presidente “encargado” de Venezuela».
La información del silencio. Cómo se miente contando hechos verdaderos, nunca mejor dicho por Grijelmo en su libro, lo que se cumple a cabalidad en informaciones a diario, y El País no escapa a esta realidad como se puede apreciar en esta autoproclamación de Juan Guaidó.