(LUNES 16 DE ENERO 2023-EL JORNAL). Vivimos tiempos inverosímiles, en los que es más importante lo que pasa fuera de la cancha que dentro de ella. Saprissa, como campeón vigente, venció a Guanacasteca con comodidad, pero su tarde-noche se convirtió en un polvorín cuando la esposa de Christian Bolaños salió a desmentir al técnico Jeaustin Campos, y este, a su vez, le contestó por redes sociales y sostuvo que el mediapunta sí estaba lesionado.
Parece un culebrón de aquellos cuando la radio dominaba de los medios de comunicación, pero no, es un novelón del presente, y atrás quedó el rendimiento del equipo morado y los goles de Zamora y Guzmán.
El monarca del torneo cumplió con creces ante un equipo guanacasteco que es firme candidato al descenso, pero eso no bastó, porque una de sus figuras sigue sin aparecer en el equipo estelar y más allá del humor con que Jeaustin Campos se tome el caso, ahí puede haber un foco que termine por corroer el buen clima que prevalece en el vestuario.
Si algo hay delicado, y que lo digan los técnicos, es un vestuario. El equilibrio de egos que debe hacer un entrenador para mantener a cada uno en su sitio, dispuesto hasta a dar la vida por el equipo en el justo momento en que se le necesite, es un trabajo que combina liderazgo, psicología y experiencia.
De modo que la chispa que se desató entre la esposa de Bolaños –J. Salas—y Campos, y que en principio parece una discusión de sobremesa, puede concluir en un vestuario dividido si los jerarcas morados no actúan a tiempo.
Son las consecuencias de las redes sociales, que son inmediatas, torpes, sobrecargadas, una dinamita siempre a punto de estallar. Y si no, pregúntelen a Jeaustin Campos, que acaba de encender una cerilla demasiado peligrosa.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y EL JORNAL