(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 28 DE ABRIL, 2017-EL JORNAL). Lo primero que hay que aclarar respecto a la cancha de deportes de Turrujal, es que no es una cancha solo para el fútbol, como algunos, un tanto miopes, quieren hacernos ver.
Es un eufemismo barato decir que dicha cancha solo sirve para la práctica del fútbol, pero si solo se utilizara para ello, estaría más que justificada su permanencia.
Para que tengan una idea: Scotiabank realiza en la actualidad un programa de proyección social en el mundo para abrir canchas de fútbol en zonas marginales, como en Macchu Picchu, Perú.
¿Por qué será que una transnacional de esta envergadura promueve la práctica del fútbol?
Y ni qué decir de la agresiva política del gobierno de China para fomentar el fútbol entre los niños de su país. ¿Por qué será? ¿Será porque el fútbol afecta la salud? ¿Por qué el país más poblado del mundo quiere promover entre sus niños la práctica del deporte rey en el planeta? Preguntas, preguntas, preguntas, que vale la pena responder.
Hay muchos elementos que aún no se aclaran y que puntualizaba en dicho escrito. Así por ejemplo, resulta que me llama la atención cómo la regidora Mayra Segura votó el proyecto sin conocerlo, puesto que no estuvo en la sesión del 13 de septiembre de 2016 en la cual, durante diez minutos, según las actas, los arquitectos expusieron el tema.
Y tampoco se ha aclarado qué bases tuvieron los regidores Sonia Mora Arias y German Monge, del Partido Liberación Nacional (PLN), para votarlo, si no contaron ni siquiera por escrito con una copia del preproyecto, que eso es lo que el municipio presentó al concurso. Igual procede para los regidores del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Decía también en esa columna que dónde están los estudios que indiquen que eliminar la cancha de Turrujal es la mejor opción, no obstante, sigo a la espera de tal información.
Lo más importante de todo: ¿por qué un proyecto que se supone será beneficioso para el pueblo, lo pasan de puntillas, para que nadie se entere. Acaso el PAC, partido al que representa el señor Norman Hidalgo, no prometía gobernar de cerca con el ciudadano de a pie.
¿Cuántas opciones se evaluaron, por escrito y con valoraciones serias y científicas antes de escoger la cancha de deportes de Turrujal? ¿O acaso es una ocurrencia que irresponsablemente respaldaron los regidores, con excepción del señor Evelio Badilla, del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC)?
Recordemos que cuando una empresa pretendía realizar una represa hidroeléctrica a la altura de Las Vegas se convocó al pueblo para que se manifestara:¿por qué ahora para un proyecto que puede impactar a la comunidad negativamente, se guarda silencio?
Un espacio abierto como la cancha de deportes de Turrujal, en un cantón cuyo crecimiento urbanístico se hizo a la buena de Dios, es un verdadero milagro, que va a ser destruido para meter en él un poco de hormigón en decisiones amparadas en el poder temporal que les confiere la coyuntura histórica.
¿Eso es gobernar con el pueblo y para el pueblo?
El autor es Máster en Literatura y Director de EL JORNAL