(MARTES 02 DE JULIO, 2024- EL JORNAL). Una vez más, como ha sucedido en los últimos años, Panamá va un paso adelante de la Selección Nacional y lo grave es que a la dirigencia y a los propios aficionados eso ya le parece normal.
Que los canaleros, que hace 30 años no tenían ni campos de fútbol, excepto el estadio que luego pasó a llamarse Rommel Fernández, gocen hoy de más proyección que Costa Rica es un asunto para hacer, incluso, un foro nacional
Sin embargo, noto cierta pasividad y conformismo al respecto. Sí, como si fuera natural que Panamá clasifique a la segunda ronda de la Copa América. Sí, como si fuera natural que Panamá vaya a la Nations League en lugar de Costa Rica.
Hoy, a diferencia de la Tricolor, todos los integrantes panameños juegan en ligas fuera de su país y eso es un indicio, elemental, de que sus jugadores cotizan mejor en el mercado internacional.
Lo más delicado es que en lugar de exportar Costa Rica jugadores a Panamá y fortalecer ese campeonato y de paso darle oportunidad a jóvenes figuras, es al revés, ahora se bucan futbolistas en el mercado local panameño.
Se dan cuenta: es el mundo patas arriba, como diría el gran Eduardo Galeano, pero desde ciertos estrados y tribunas nos siguen contando milongas, adornadas con algún adjetivo luminoso, haciéndonos creer que somos mucho, pero que por ahora el mundo no se entera.
El hecho de que Panamá ya nos saca una ventaja, es el aviso de que países como Nicaragua y la misma Guatemala pueden remontar en el mediano plazo, con lo cual nos legarán el último puesto en Centroamérica.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL