ENTRE PARÉNTESIS
(SAN JOSÉ, 06 DE ABRIL, 2014- EL JORNAL). El expresidente José Figueres Olsen afirmó hoy en La Nación que en 2018 el Partido Liberación Nacional (PLN) obtendrá más del 50 por ciento de los votos en las elecciones de febrero de ese año.
¿Confirmaba así de manera anticipada –con cuatro años y sin que salga el actual gobierno y sin que asuma el candidato ganador de hoy, que sería, según todos los pronósticos, Luis Guillermo Solís del Partido Acción Ciudadana (PAC)—las aspiraciones que ha negado en los últimos tres años?
¿Con las declaraciones de Figueres hoy se abre de manera extraoficial la campaña de 2018?
¿Es saludable que empiece hoy la campaña de 2018 en esta democracia para algunos centenaria, mientras los problemas estructurales acechan al país y amenazan con desestabilizarlo?
¿Es prudente que el señor Figueres Olsen haya hecho esas afirmaciones sin que el superministro, superdiputado y superlíder Ottón Solís (así tildado por la prensa) haya tomado posesión de sus cargos?
Esta maravillosa Costa Rica hace alarde, como vemos, de un poder de convocatoria inaudito, puesto que mientras el PLN se desangra por la huida anticipada de su candidato Johnny Araya, su sucesor alza la voz para decir que su partido seguirá vigente, en lucha, con lo cual da por descontado que no se producirá una crisis aún mayor en su agrupación.
En política, desde luego, dos y dos nunca son cuatro, pero Figueres sí sabe una cosa: en 2018 su PLN arrasará en la elección. Para entender lo que sucede en el contexto político de hoy, hay que usurparle aquella frase a los mexicanos y decir en tono nuestro: “Costa Rica, linda y querida”. Y claro, incierta.
*El autor es director de EL JORNAL.