Rafael A Ugalde Q*
rafaelangelu@yahoo.com
Si usted cree que el mafioso Alphonse Gabriel Capone ( 1899 – 1947) era un tonto, un torpe, permítame decirle con todo respeto que me temo estás en un error.
El manejaba la dialéctica, en el mejor sentido de la palabra, para lograr evadir impuestos sin que fuera censurado en las más altas esferas políticas y de los negocios.
Si existen leyes- razonaría justamente el mafioso- para que todos los ciudadanos paguen impuestos, es porque siempre habrá ciudadanos que no pagan tributos.
Ahora bien, si yo soy ciudadano y la ley es para violarla, entonces yo tengo derecho a no pagar impuestos.
Conclusión dialéctica: estoy autorizado, excepcionalmente por la ley, a no pagar impuestos. En lo que no debo equivocarme, por que la ley me lo impide, es en las justificaciones.
Y aquí viene una serie de inteligentísimas justificaciones de don Alphonse Gabriel.
Por ejemplo: que no pagué los impuestos sobre la mansión que alquilaba al cherif de Miami, porque el jefe del condado nunca la valoró. De lo contrario ya hubiera pagado.
¡Ay¡ no pagué las cargas sociales estadounidense porque mis subalternos desatendieron las órdenes para el cumplimiento de esos deberes. En todo caso, diría el mafioso, no es evasión, sino desactualización de deberes . Ya vieron cómo Al Capone se la jugaba bonito para defraudar al fisco.
Periodista, abogado y notario UCR.