CIUDAD Y CAMPO
Lo ha dicho el flamante Ministro de Comunicación del Gobierno de Laura Chinchilla: “esta es una presidenta inédita” y de inmediato la intertextualidad empieza a rastrear para hallarle sentido a la frase sin sentido del funcionario, que a ratos es Ministro y a ratos parece ser el primer guardaespaldas de la mandataria.
“Una presidenta inédita”, vaya uno a saber qué ha querido decir el señor Gallardo, que como habría dicho Umbral, es un señorito que habla mucho y lee poco, o se autotraiciona con ese afán de polisemia que, ahora sí, vuelve inéditos los contenidos y se mueve, pareciera, más en las aguas de los neologismos que en otros ámbitos.
Quizá, lo que ha querido decir el señor Gallardo es que el gobierno de Chinchilla habla un lenguaje que el pueblo, simple y llano, el que va en bus a trabajar y regresa muchas veces a pie, porque lo asfixian los impuestos, habla un “metalenguaje” que solo entienden ministros y presidentes ejecutivos, porque nueve de cada diez costarricenses cree que la Presidenta o manda poco o no sabe a dónde va, mientras el Banco Central advierte de una mayor inflación, y ello el pueblo lo percibe como más plata para pagar la casa o el alquiler.
Inéditas declaraciones la del Ministro que insisto, parece ser un señorito que lee poco o que suele leer a Cohelo, y más temprano que tarde nos podría decir que hay que ser “positivos”, porque con una buena actitud se puede paliar una crisis y en el mejor de los casos se puede evitar.
“Es una Presidenta inédita”, ha dicho el Ministro Gallardo, un politólogo que no coincide con la Real Academia, o, démole el beneficio de la duda, y es la Real Academia la que no coincide con él, pues en la definición de “inédito” no se ve por dónde puede uno empatar el significado que él le ha dado a la Presidenta.
“Escrito y no publicado” es la primera acepción de inédito. “Dicho de un escritor: que aún no ha publicado nada”, dice la segunda acepción. “Desconocido, nuevo”, dice la tercera acepción.
Será acaso que Gallardo quería decir que esta es una Presidenta nueva, desconocida, que no ha hecho nada, lo que obliga a una segunda o tercera lectura de sus declaraciones y lo que en una primera instancia se antojaba como una salida sin parangón es un mensaje cifrado para evitar que la Presidenta inédita le pida de forma inédita su renuncia.
O Gallardo ha tenido un lapsus prolongado y en vez de inédita quiso decir «insólita». Es decir que tenemos una «Presidenta insólita» y estan insólita que amponcillos de segunda y tercera categoría se robaron, por puro deporte y emoción, las armas de la policía de Tránsito, como un anticipo de que lo insólito se puede confundir con lo inédito.
El otro día un político dijo que ya había pasado por donde asustan y a juzgar por lo visto y oído, el carnaval apenas comienza en la Casa Presidencial con su Ministro vestido a la usanza de los neologismos o los lenguajes que solo él y la Presidenta, de forma inédita, entienden.
Periódico El Jornal