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El nuevo entrenador debe ser costarricense

(LUNES 15 DE JULIO, 2024- EL JORNAL). La inminente salida de Gustavo Alfaro debe servir de lección para los integrantes de la Federación Costarricense de Fútbol.

No siempre conviene despreciar lo que hay en casa y aunque en Costa Rica no sobran los entrenadores que puedan hacerse cargo de la Selección Nacional, sí los hay, y de confirmarse la salida de Alfaro, los dirigentes deberían de poner en manos de un técnico nuestro, el futuro de la Tricolor.

Si se revisa la historia, la primera clasificación se logró con Marvin Rodríguez y Antonio Moyano Reina, que para entonces, era ya un costarricense más.

La segunda y tercera presencias en una cita mundialista –2002 y 2006– se alcanzó con Alexandre Guimaraes en el banquillo. En 2014 el entrenador fue Jorge Luis Pinto, pero ya a esa altura, también, había interiorizado lo que significa Alajuelense y el país para él.

No se trata de cerrar la puerta a los extranjeros, sería una insensatez, pero ese valor de conocer el país y de comulgar con sus valores y aspiraciones, es un valor agregado que no tienen esos cuerpos técnicos que se mueven solo por negocio, lo cual está bien, porque el fútbol es hoy un lucrativo negocio para algunos.

Por eso, aquella imagen de Alfaro besando la bandera de Costa Rica siempre me pareció un extraordinario acto de demagogia, aunque cuando se dio muchos salieron a resaltar el patriotismo del técnico.

Ahora que se irá a Paraguay, con todo su derecho, es tiempo de reflexionar por parte de la dirigencia y de cambiar el ‘chip’ y dejar de desdeñar lo nuestro. Si se ponen creativos podría conformarse un cuerpo técnico de lujo solo con nombres costarricenses.

Ahh, y si se hiciera, que les paguen acorde a como valoran a los extranjeros. Si la Federación, hoy encabezada por Osael Maroto, no aprende la lección, tarde o temprano descubrirán que han errado por partida doble.

Un costarricense debe sentarse en el banquillo de la Selección Nacional.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

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