(LUNES 08 DE JULIO, 2024- EL JORNAL). Las declaraciones recientes de Marcelo Bielsa, en el sentido de que el fútbol dejó de ser un deporte popular, son cien por ciento acertadas y reflejan una realidad que pocos quieren ver, pero el técnico argentino no dijo todo lo que tenía que decir.
Y uno de los elementos es que los principales responsables de que el fútbol hoy sea robótico son los entrenadores. Sí, los entrenadores, aunque puedo entender que a su vez son víctimas de los señores de pantalón largo, quienes son los que al fin y al cabo pagan el baile.
El fútbol perdió imaginación, picardía, improvisación, creatividad porque los entrenadores lo quieren controlar todo. Y esta no es una diatriba contra los entrenadores, es para entender y darle dimensión a lo expresado por Bielsa, quien se queja de que la industria se adueñó del fútbol, que hace a jóvenes como Endrick millonarios, pese a que apenas empiezan a caminar en este business y antes de demostrar su verdadera valía.
Si usted vio un Inglaterra-Suiza, Francia-Portugal o Brasil-Uruguay, se dio cuenta de que no hubo un solo futbolista que se saliera del libreto. Es como ver equipos manejados por inteligencia artificial: todo muy ordenado, reducción de espacios, múltiples pases hacia atrás, control, control, control, nada de creatividad, nada de lo que hizo grande al fútbol que ahora pondera la chequera por encima del espectáculo.
El resultado, y en esto también Bielsa lleva toda la razón: un fútbol aburridísimo. Ya lo dijo Florentino Pérez, que a los más jóvenes el fútbol no les interesa, porque prefieren los videojuegos y otros entretenimientos.
Habría que empezar por soltar amarras. Porque si se ve el Brasil recién eliminado, tiene muchas estrellas y talento, pero cuando juega parece un equipo salido de Crónicas marcianas de Ray Bradbury.
Las voces de Menotti, Valdano y Cappa siguen teniendo razón. El fútbol no puede ser cien por ciento previsible y eso es a lo que se aspira. De ahí que lo de Bielsa está muy bien, pero debería saber que tiene algunas piedras en su propio tejado y que el aburrimiento empieza por los entrenadores.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
