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90 minutos

(LUNES 13 DE JUNIO -2022- EL JORNAL). En 90 minutos el fútbol de Costa Rica se juega la temporada y los próximos cuatro años en una situación límite en el que cada detalle cuenta, porque en un partido, como reza el evangelio de Dante Panzeri todo puede suceder, por ser el fútbol la dinámica de lo impensado.

De ahí que hay que salir al paso de las voces triunfalistas por adelantado, porque eso implica no haber entendido lo que está en la palestra, tanto desde el punto de vista futbolístico como económico.

Es cierto que Nueva Zelanda no es una potencia y que compite en una zona donde muchas de las selecciones practican un balompié amateur, pero de ahí a dar por descontado el marcador es un error enorme de apreciación.

En el arte de la guerra se parte de la premisa de que jamás hay que menospreciar o minimizar al adversario, porque siempre está latente el efecto sorpresa.

Y el fútbol que es caos y necesidad, como diría Alvin Toffler, se conjugan muchos aspectos difíciles de controlar, porque el azar, el divino azar, como diría el poeta español Pedro Salinas, interviene con sus cartas.

El escenario de mañana ante los neozelandés será por ende de tensión y hermetismo, y entiendo que el cuerpo técnico encabezado por Luis Fernando Suárez comprende que nada se puede dar por descontado.

En la cancha, y solo en ella, es donde se ha de demostrar la superioridad abismal, si es que la hay, o podríamos llevarnos la sorpresa de que el rival juega, sabe manejarse en situaciones extremas y tiene argumentos para inquietar la portería contraria.

En todo caso, lo ideal es que el cuerpo técnico, a diferencia de un sector de la afición, tenga sobre la mesa todos los escenarios posibles para que el equipo sepa responder sea en la circunstancia X o en la Y.

Los partidos, por más manido que suene esto, nadie los gana antes de que se jueguen, aunque algunos aspectos simbólicos empiecen a manifestarse.

En una encrucijada como la de mañana en el estadio Amhe Bin Ali de Catar, lo mejor es apelar en todo momento a la mesura, y ya el juego irá dictando los pasos a seguir conforme una sólida estrategia.
Son 90 minutos en los que nada cuesta apelar la inteligencia, la humildad, el sudor y la convicción, incluso si Nueva Zelanda diera signos de flaqueza antes de tiempo, aunque desde mi punto de vista será un partido más reñido de lo que se piensa.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

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