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Se llama Stanislav Cherchesov

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 01 DE JULIO, 2018-EL JORNAL). El gran protagonista del juego Rusia-España tiene un nombre: Stanislav Cherchesov. Más que un partido de fútbol fue una batalla. El equipo de casa peleó cada centímetro, como si en cada uno de ellos se les fuera la vida. Sabedor el técnico que era muy inferior a su rival, decidió apelar a la historia rusa y sacar esa capacidad infinita de resistencia.

Una gran lección de fútbol. Una gran lección de estrategia. Una gran lección de vida. Por eso, hay que repetirlo cada vez que es válido, el fútbol se parece tanto a la vida.

Sereno y lleno de gestos elocuentes, comunicando más con la mirada que con las palabras y apostado en la banda del estadio Luzhniki de Moscú, Cherchesov más parecía a un general que a un entrenador: ordenando a sus jugadores, mientras que estos en la cancha hacían su faena y demostraban que el trabajo previo, el estudio del rival, la capacidad mental para aguantar un asedio tan prolongado solo eran posibles si habías trabajado hasta la saciedad.

Mucho se ha discutido a lo largo de la historia del fútbol de cuál es el rol de un entrenador antes y durante un partido y ahí tienen el aporte de Cherchesov para que lo estudien, para que los federativos costarricenses mediten, para que se den cuenta de que en el fútbol de hoy, no solo hay que saberse el nombre de los jugadores del oponente, sino que también es preciso convertir el campo en un tablero de ajedrez en el que cada pieza cumple una función trascendente.

Hasta ahora, la limitada Rusia, a la que muchos ni siquiera daban la posibilidad de avanzar a los octavos de final, es la gran sorpresa del Mundial.
Rusia hoy, hay que decirlo también, hizo de Costa Rica en Brasil 2014, y todo gracias a la disciplina táctica, a la fortaleza psicológica y a que tiene un técnico que incluso una vez resuelto el partido se limitó, sin moverse de donde estaba, a alzar los brazos en señal de victoria, mientras su cuerpo técnico y sus pupilos corrían a celebrar la gran jornada, y es probable que se quedara en su sitio porque ya estaba pensando en el próximo partido.

Gracias, señor Cherchesov, por darle al fútbol y a la vida tan inmensa lección.

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