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Mentiras detrás de las palabras

 

Rafael Ugalde Quirós*
Rafael Ugalde Quirós*

 

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 21 DE SEPTIEMBRE, 2015-EL JORNAL). Tanto me repitieron la misma palabra que casi acabo creyendo que los desplazamientos de personas hacia Alemania, Suecia o Francia, eran sin duda alguna “ refugiados” o “ emigrantes”, como suele etiquetar a todos ellos los voceros del conservador gobierno español y la Casa Blanca.

En un pequeño debate con unos buenos amigos, hasta se me salieron las palabrejas esas, acuñada para designar a verdaderos prófugos de las guerras que ellos no inventaron en las tierras que los vio nacer.

Con el término “refugiados” o “emigrantes” los miembros de Europa Comunitaria y Washington quieren hacernos olvidar que ellos son quienes en Afganistán, Libia, Siria, etc., fueron su botín y plazas de aviones cargados con bombas inteligentes de 500 libras, pero tan torpes que nunca distinguieron civiles, niños y ancianos de supuestos terroristas, ni la oleada de “prófugos” que producirían.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para refugiados la crisis se agudizó el pasado mes de agosto, pues hubo un aumento de “refugiados” provenientes principalmente de las naciones balcánicas y el Medio Oriente, víctimas como todos sabemos, de una nueva “cruzada” disfrazadas de “religión” y “democracia”, pero que en el fondo Occidente busca el saqueo de materia prima y control de rutas comerciales y militares.

Sin embargo, hasta el 7 de septiembre se calcula que el número de desplazados de guerra ronda entre los 378.343 y los 400.000 ; más 2760 que perdieron la vida en alta mar o en su camino hacia la “Europa rica”.

Estas cifras me recordaban el minado de los puerto nicaragüenses, ideado en el pasado por Estados Unidos contra la Revolución Sandinista, cuando la oleada de desplazados de la “ contra” llegaban por cientos a nuestro país por cualquier hueco fronterizo.

Solo en el primer año y medio de guerra impuesta a Nicaragua mi país recibió legalmente a más de 200 mil desplazados y hoy, entre quienes están documentados y los “indocumentados”, hay gente que estima que hay entre uno y millón y medio de nicaragüenses haciendo vida con nosotros.

Y Costa Rica, en sus 51 mil kilómetros cuadrados, en contraste con 357.021 kilómetros de Alemania, 449.964 de Suecia o 504.782 de España, albergó y sigue albergando a nicaragüenses, sin que la ACNUR ni otros foros ni la televisión internacional dijeran que esta oleada de “refugiados” desembocó en cisma.

Nunca escuché como periodista o como abogado a ninguno de nuestros gobiernos decir que colocarían una alambrada o muro de cemento para detener a estos desplazados de la guerra (la pobreza y el hambre vienen después); menos gestionar ante Estados Unidos, Alemania, España o Suecia cuotas de “refugiados”.

Ni siquiera nos han preguntado si esta política de solidaridad tiene alguna relación con el actual déficit fiscal, o nos hizo algún hueco en el sistema de asistencia social. Más bien si nos descuidamos la Casa Blanca nos “ sugiere” acoger sus “ refugiados”.

Cuidado con las palabras, amigos, que son dagas. Sirven para escudriñar y descubrir la verdad, o para escarbar y echar tierra a lo que queremos que no vean los demás.

Periodista, Abogado y Notario UCR.

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