(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 13 DE ENERO, 2018-EL JORNAL). La variedad de aves que nuestro país alberga, tanto migratorias como residentes, nos da una buena lista de especies que podemos salir a observar y escuchar.

Esta semana, un amigo fotógrafo y observador de aves de Acosta, me cuenta con gran emoción de la suerte que tubo de poder fotografiar una “Chirrascuá” (Dendrortyx leucophrys).

Esta ave, perteneciente a la familia de las Codornices, siendo una de las más comunes en su familia y de nuestra variada avifauna.

Con apariencia de una gallina, su plumaje compuesto de colores café, gris y negro, todos en diferentes tonos, dándole una coloración única entre las aves que andan por el suelo. Ambos sexos son similares.

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Se alimentan de frutas, semillas e insectos, los que busca escarbando entre las hojas caídas y suelo, similar a las gallinas. Andan en pequeños grupos y son muy cautelosas, es más fácil escucharlas que observarlas. Su canto es carrasposo, emitido en grupo, dando la onomatopeya de “CHI-rras-CUA”, que les da su nombre popular.

Permanecen siempre sobre el suelo, entre matorrales, en los bosques y áreas aledañas de crecimiento secundario. Sigue las corrientes de las quebradas montaña abajo sobre el bosque que los rodea. 

La emoción de nuestro amigo lector y fotógrafo, la cual comparto, es que estas codornices son muy difíciles de observar, a pesar de ser tan populares y el poder hacerle unas fotos de tan buena calidad le da sentido al asunto.

El estilo de vida de “Pajarear” nos brinda la emoción de que, siempre encontraremos una sorpresa diferente en cada salida que hagamos y más si podemos obtener una buena fotografía.

Esta aven se alimenta de frutas e insectos y son difíciles de ver. ( Leandro Arias para EL JORNAL).

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