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Un pájaro especialista en trepar troncos

La foto no está invertida. Es el Trepatroncos haciendo gala de su habilidad. (Foto Adilio Zeledón para EL JORNAL).

Por Adilio Zeledón

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 29 DE ENERO, 2016-EL JORNAL). Generalmente cuando salimos a “Pajarear” tenemos la vista puesta hacia lugares donde se presume hay un ave, o donde por conocimiento suponemos puede aparecer alguno.

Dentro de las aves, hay de diferentes hábitats y comportamientos verdaderamente extraordinarios para nosotros, u otros que no son muy bien vistos por algunos.

Hay una especie de ave que tienen un comportamiento bastante curioso y hasta casi desconocido por muchos. Este es el caso del Trepatroncos, ave de color muy similar entre ellos, con unos pico curvo y fuerte, que le ayuda a buscar su alimento.

Comentemos del “Trepatroncos Cabeza Rayada” (Lepidocolaptes souleyetii), ya que es el más común entre nuestros bosques.  

Este es de cuerpo color café oscuro, con una serie de rayas blancas y negras sobre su cabeza hasta más abajo del cuello y parte de su pecho y abdomen. Patas fuertes con buenas garras que le sirven para escalar los troncos de los árboles, cola rígida que le sirve de ancla en su trepar. Posee un pico semi curvo, delgado y largo que le sirve para levantar cascaras y escarbar entre los musgos, huecos y grietas de los árboles, en busca de larvas, insectos, arañas, pupas, avispas y cualquier otro bichillo que se encuentre y que le sirva de alimento.

Habita zonas boscosas con árboles grandes y cubiertos de musgo y cascaras sueltas. Realiza un sonido no muy conocido, que consiste en unos silbidos cortos.

Esta ave es muy fácil de observar ya que, si uno pone atención entre los troncos, los verá escalando el árbol, desde una altura baja hasta las ramas más altas. 

De esta familia de trepadores, este es uno de los más comunes, si no el más en nuestros bosques de Acosta, ya que se encuentra en todos los bosques que hay en la zona.

Actualmente lo hemos visto en las cercanías de la Clínica de CCSS, detrás del parque, por la torre del ICE y alrededores del cementerio de San Ignacio, gracias a que se ha mejorado en la conservación. Antes para observarlo había que buscar zonas más alejadas de los asentamientos humanos.  

 

*Observador de aves.

 

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