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Sabiduría con “R”

PALESTRA

Rafael Ugalde Quirós*
Rafael Ugalde Quirós*

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 20 DE NOVIEMBRE-2014-EL JORNAL). Cualquier deporte apasiona al ser humano porque, unos más que otros, somos dados a guiarnos por símbolos sociales que no necesariamente están debidamente asimilados en la retentiva nuestra.

Así, por ejemplo, el dinero se convierte en un símbolo social que nos lleva al “súper”, donde a veces sentimos que somos ciudadanos de primera clase (dependiendo del establecimiento comercial y de lo qué compremos) solo porque estamos allí. ¡Qué ironía¡

Similar ocurre con el auto de carrera que elevamos a símbolo social, la casa, la profesión, o la misma selección nacional de fútbol con la que socialmente nos identificamos junto a otros símbolos como el escudo, la bandera, el himno, etc.

Uno oye, por ejemplo, las explicaciones que dieron los jugadores del seleccionado nacional que perdió 2 a 1 frente a Cuba en los Juegos Centroamericanos y el Caribe de Veracruz. Vemos chicos que esconden sus deficiencias con esta simbología social

Individualmente esta simbología social que los rodea impide reconocer que en la categoría sub 17 y sub 19 han fracasado, entonces se esconden en frases clichés como: “hay que mejorar” (nunca mejoran”), “tenemos que trabajar más” (su trabajo no se refleja en la cancha), etc.

Nos da miedo hacer a un lado la simbología social que ya es para nosotros un Dios. Dejarla de lado significa darnos cuenta que somos dueños de ese halito de energía que nos convierte en “símbolo personal” irrepetibles, capaces de movernos más allá de cualquier fracaso, más allá del dolor, del mismo dinero, profesión, carro o metas que a veces ni siquiera conocemos porque son embriones de sueños.

Pienso que mientras no recobremos ese símbolo personal que está por encima de cualquier otro social no habrá en mi cuatro las R que trasciende todo libre albedrío y discernimiento.

Algunos antiguos filósofos sostenían que toda “sabiduría” está por encima de cualquier “libre albedrío” y antojadizo “discernimiento”; hablaban entonces de “reconocimiento” de las cosas, la “responsabilidad” frente a ellas, la “reconciliación” con ellas o por ellas y la resolución de una idónea “reparación”.

Mientras el miedo por estas R nos devore en lo profundo de nuestro ser, seguiremos fabricando símbolos sociales a nuestra medida y nos hundiremos creyendo que los hundidos son otros.

Periodista, abogado y notario UCR

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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