Víctor Mora es un ingeniero aeroespacial, oriundo de Desamparados, que trabaja en proyecto de gran envergadura en la NASA, entre ellos el Cassini y el próximo satélite de la India que estudiará los efectos del cambio ambiental en la tierra 

 Por José Eduardo Mora   / eljornal@gmail.com

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 04 DE JULIO, 2017-EL JORNAL). Como buen costarricense en sus años mozos supo lo que fue ir a coger café en la finca de su abuelo. Conoció el Desamparados rural de los años setentas y también cumplió con el rito de ir a ver despegar a los aviones del aeropuerto Juan Santamaría.

Un día, cuando todavía era un niño, Víctor Mora tuvo la idea de querer convertirse en piloto y la migración de su familia a Estados Unidos fue uno de los pasos clave para que, muchos años después, aquel ideal se transformara en realidad.

El satélite Cassini, que por 20 años ha orbitado en el espacio y Saturno en busca de rastros diversos que ayuden al hombre en la tierra a entender su devenir, se mueve en el espacio sideral, en mucho, gracias a la participación del costarricense Víctor Mora, que a sus 56 años confiesa que sus sueños han sido rebasados con creces por la realidad.

De ser aquel niño al que le gustaba aventurarse por el universo pasó a contribuir de forma directa en proyectos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) que requieren de una inversión millonaria, y con los cuales dicha entidad pretende

arrojar luz en el eterno enigma que todavía hoy representa el universo para el hombre.

Actualmente, Mora, de 56 años, y con 26 de trabajar en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) NASA, es el principal responsable de coordinar todo lo relacionado con el satélite que la India lanzará para estudiar los peligros naturales y el cambio ambiental en la tierra.

El proyecto, de magnitudes estratosféricas, es dirigido, sí, por el niño que jugó en la Escuela República de Panamá, en San Antonio de Desamparados, en la que estudió hasta el cuarto año, y de la que confiesa se enseñaban muy bien las matemáticas, hasta el punto de que cuando llegó a Estados Unidos tuvo la certeza de que no le aportaron nada nuevo sino hasta el sexto año.

El proyecto mencionado es el Radar de Apertura Sintética (NISAR, por sus siglas en inglés), cuyo satélite permitirá que India, en colaboración con Estados Unidos, explore el espacio en busca de tan preciadas evidencias.

El ingeniero aeroespacial Mora no es el único que trabaja con la mirada puesta en el orbe, porque están Joseph y Alejandro Mora, dos desamparadeños quienes también laboran en JPL /NASA,  desde hace varios años.

Joseph y Alejandro son hermanos, y también estudiaron en la Escuela República de Panamá los primeros años. Curiosamente, antes de surgiera la posibilidad de entrevistar a Víctor Mora, en conexión hecha para este reportaje por el canadiense Bruce Callow, no se conocían, pese a que los tres llevan muchos años de trabajar para la NASA.

Los dos hermanos, como le sucedió a Víctor, emigraron cuando eran niños a Estados Unidos, pero a diferencia de aquel no tuvieron la oportunidad de estudiar una carrera universitaria, y dieron el salto a  JPL/NASA gracias a su talento, perseverancia y experiencia.

En la entrevista, Víctor Mora constata, una vez más, la necesidad de seguirle la huella a los sueños, para que un día esas aspiraciones, que parecían inverosímiles e inalcanzables, den un giro inequívoco en el vasto universo de la imaginación y se conviertan en realidad.

Como costarricense, ¿qué representa trabajar para la NASA? 

–Para mí como costarricense es un gran orgullo tener la oportunidad de trabajar para JPL (Jet Propulsion Laboratory) de la NASA. Imagínese que antes de venir a Los Estados Unidos de pequeño yo iba a la finca de mis abuelos a coger café.  Uno de mis abuelos transportaba el café en la típica carreta de bueyes. 

Así que desde mis humildes orígenes como el cafetal de mi abuelo y la Escuela República de Panamá, he llegado a contribuir a misiones que han ido a estudiar diferentes planetas de nuestro sistema solar como: Marte, Saturno, Júpiter y nuestro planeta Tierra. 

He trabajado en varias misiones que fueron lanzadas al espacio y otras que no llegaron a ser construidas.  Mi interés por la aviación comenzó cuando me trajeron a los Estados Unidos de pequeño.  Al terminar el colegio quería ir a la Academia de la Fuerza Aérea Estadounidense.  En ese entonces no tenía la ciudadanía americana y por eso no pude realizar ese objetivo. Fue cuando decidí estudiar Ingeniería Aeroespacial. 

       ¿En qué consiste exactamente su trabajo en la NASA?

–Mi trabajo consiste en guiar la integración de subsistemas para ensamblar el satélite y los instrumentos que van a ejecutar la misión.  Parte de mi trabajo es crear un programa que se usa para integrar la misión.  El programa incluye funciones mecánicas, eléctricas y pruebas que se van a hacer para asegurarse de que la misión cumpla con los requisitos necesarios para un desempeño exitoso en el espacio exterior.

 La función de integración y prueba requiere que se forme un equipo compuesto de personas de diferentes disciplinas, como ingenieros expertos en electrónica, mecánica, sistemas, etc.

Normalmente empezamos con el subsistema mecánico (la estructura), se incorporan los cables que se van a utilizar para que los subsistemas se comuniquen entre sí electrónicamente.  Después integramos la computadora o computadoras que se van a utilizar para controlar la misión. Luego seguimos integrando subsistema por subsistema, hasta que todo el proyecto termine de ser construido.  Después de que está todo integrado, lo sometemos a pruebas de vibración, acústicas, y al vacío. Esto con el fin de probar que el satélite vaya a sobrevivir el lanzamiento y que funcione con normalidad en el espacio. Cuando hemos terminado todas las pruebas, llevamos el satélite al centro espacial Kennedy en Florida o a la base de la fuerza aérea en Vandenberg, en California.  Una vez que el aparato llega a cualquiera de estas bases, se procede a su acoplamiento a un cohete para su lanzamiento al espacio.

Aunque solo estuvo cuatro años en la Escuela República de Panamá, ¿qué distancias hay entre el sistema nuestro y lo que se encontró en Estados Unidos?

 –No encontré mucha diferencia en los sistemas educativos.  Por ejemplo, en matemáticas íbamos más avanzados en Costa Rica que en Estados Unidos. Cuando terminé el cuarto grado en Costa Rica.  Al llegar a los Estados Unidos repetí la segunda mitad del cuarto grado.  En matemáticas no aprendí nada nuevo hasta el sexto grado.

 ¿Cuáles son las principales experiencias que ha vivido en la NASA y el mundo aeroespacial?

Mi primer trabajo después de egresar de la universidad  fue trabajar en el transbordador espacial con la compañía Rockwell International (privada).  Esta empresa fue responsable por el diseño y construcción de un transbordador espacial.  Todo lo que hacíamos era para la NASA.  Aunque el diseño original ya estaba casi completo, tuve la oportunidad de trabajar en uno de los sistemas más complejos que hasta este tiempo se habían construido.

Participé en la integración y prueba de dos transbordadores: el Atlantis y el Endeavour.  Después de siete años con la compañía Rockwell International, tuve la oportunidad de pasar a trabar para JPL/NASA.

 ¿Qué tipo de proyectos ha desarrollado en la NASA?

 –Principalmente llegué a trabajar en proyectos para la exploración planetaria.  El Mars Observer fue el primero, pero desafortunadamente falló al llegar a Marte.  Solo pudo enviar algunas fotos antes de que fallara.  Uno de mis proyectos favoritos ha sido Cassini, una misión en la que participaron la NASA y la Agencia Espacial Europea para estudiar a Saturno sus anillos y sus lunas. (También la agencia espacial italiana). Tuve la oportunidad de trabajar en él desde que se estaba diseñando el subsistema de comando, que incluye la computadora, la integración y prueba del aparato  y estaba presente durante el acoplamiento al cohete y su lanzamiento al espacio desde Cabo Cañaveral.  Este satélite fue lanzado en 1997 y tardó siete años para llegar a Saturno.  Cassini ha llegado a ser una de las misiones interplanetarias con más éxito para la NASA.  Este proyecto lleva 20 años de operación continua sin ningún problema significante y ha llegado aportar grandemente a la exploración de nuestro sistema solar.

¿Cuál era su sueño en el ámbito laboral?

            –Originalmente cuando estaba en la escuela y después en el colegio quería ser piloto.  En el tiempo que llevo trabajando para JPL/NASA estuve involucrado en varios proyectos y llegué a ser supervisor del grupo de sistemas de integración, prueba, y lanzamiento.  Hace un año fui promovido para ser gerente de integración y pruebas para el proyecto Radar de Apertura Sintética (NISAR por sus siglas en inglés).  Esta es una misión en la que participan los Estados Unidos y la India. Esta misión estudiará los peligros naturales y el cambio ambiental en la Tierra. En este proyecto también soy responsable del presupuesto de millones de dólares para completar la integración y prueba de los instrumentos que JPL/NASA van a mandar a la India para ser integrado con el satélite que los hindúes van a construir.  Todo esto es mucho más de lo que yo podía haber soñado cuando empecé a trabajar como ingeniero aeroespacial.

  1. ¿Terminará la humanidad por conquistar el espacio?

–Algún día se va a conquistar el espacio. Acordémonos de que ya llegamos a la Luna, pero apenas estamos empezando.  Los satélites Voyager fueron lanzados al espacio en 1977.  Hasta hace poco que uno de ellos empezó a salir de nuestro sistema solar.  Necesitamos avanzar mucho más si queremos viajar fuera de nuestro sistema solar.  Hoy en día no solo la NASA, que es una institución gubernamental, está involucrada en la conquista espacial, sino también empresas privadas como Space X, con base en Torrance California, están realizando estudios para en un futuro no muy lejano viajar a Marte. Espero que pronto se pueda mandar a personas al planeta rojo. Una vez que se conquisten los retos de viajar las grandes distancias, empezaremos a conquistar el espacio.

Para alcanzar llegar a la NASA, ¿qué pasos debería de seguir un joven costarricense?

 –Lo principal es tener un gran interés por las matemáticas.  Después que estudien con mucha dedicación y esfuerzo materias como ciencias, física y química. Esto les servirá bastante una vez que ingresen a la universidad para estudiar ingeniería aeroespacial, mecánica, o eléctrica.  También la física es una de las carreras que les puede ayudar a trabajar en la NASA.

   Pasemos de la NASA a Costa Rica. ¿Le quedan familiares en nuestro país?

 –Tengo diez tíos y tías de parte de mis padres que viven en Costa Rica.  Mis madrinas de bautismo y confirmación también viven allí.   También tengo muchos primos hermanos que viven en Costa Rica.

¿Qué necesita Costa Rica para vincularse al desarrollo aeroespacial?

–Si fuera a producir un satélite de un tamaño mediano, se necesita mucho dinero.  Hay muchas universidades que construyen “cube sats”  (satélites en miniatura). Sería algo que nos es demasiado caro.  También empezando con la construcción de un “cube sat” sería una manera ideal de aprender mucho a cerca de lo que se requiere para construir un satélite para ser lanzado al espacio. Después de construir uno de estos aparatos, lo que se necesita es acceso a un cohete para poderlo mandar al espacio.  Esto es algo que tal vez se pueda conseguir por medio de la NASA.  Eso en definitiva no es imposible, ya que la colaboración internacional científica está disponible para colaborar con países que tienen interés en ser parte de la exploración espacial. Y cabe destacar que Costa Rica cuenta con gente con gran experiencia en el ámbito aeroespacial.

Después de contribuir a lanzar satélites de la relevancia de Cassini y de colaborar con trasnbordadores de la talla de Endeavour y Atlantis, ¿cree que hay vida extraterrestre?

  –Creo que es muy posible.  El espacio es incomprensible en lo grande y no creo que seamos la única forma de vida que exista en este vasto universo.  Sin ir lejos, Cassini llegó a detectar agua en la región polar sur de Enceladus, una de las lunas de Saturno. Y el agua es uno de los elementos esenciales para la existencia de vida. 

El ingeniero aeroespacial Víctor Mora (izquierda) con el El “Soil Moisture Active Passive Observatory (SMAP), el cual fue lanzado por la NASA el 13 de enero de 2015. (Foto cortesía de Víctor Mora).

*La entrevista se publicó originalmente en la Revista Dominical de La Nación, el domingo 2 de julio.

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