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«El videoarbitraje no es fútbol»

 

 

 

 

El fútbol es talento, improvisación y error: arte puro.

Quien quiera despojarlo de su esencia solo logrará destruirlo, y quien pretenda convertirlo en un deporte mecanizado al estilo de los que se practican en suelo yanqui, evidencia que, tras más de un siglo, no ha entendido de qué se trata ese extraño juego que profesionalizaron los ingleses.

La idea de que con el uso del videoarbitraje se puede mejorar el juego, al minimizarse los errores arbitrales, es como contradecir la teoría de la gravedad. Y en esta polémica entre juego y tecnología, los que están en la grama son los que tienen mayor autoridad para pronunciarse.

Luka Modric, mediocampista del Real Madrid, lo ha dicho con una contundencia que parece impropia en un futbolista que apenas habla: “El videoarte no es fútbol”.

Una frase de cinco palabras y la FIFA se ahorrará millones de dólares en consultores que pongan en una balanza la nueva ocurrencia.

Introducir el videoarbitraje en el fútbol es como pedirle a una rosa que explique su belleza. O a exigirle a Neruda que nos cuente el por qué en Oda a Federico García Lorca escribió: “por ti pintan de azul los hospitales”.

El videoarbitraje es un guiño al absurdo y un afán de la FIFA por tratar de exprimir al máximo a la gallina de los huevos de oro, olvidando que de tanto manosear a esa mina un día el fútbol podría agotar lo que parece ser una fuente inagotable.

La gran magia del fútbol es que se disputan apenas 90 minutos, pero que se discute durante días, meses e incluso años si fue o no fue penal, si hubo gol o no, si estaba en fuera de juego o solo un milímetro adelantado.

En el arte de polemizar, que nos recuerda a los griegos, inventores de la cultura occidental, está la grandeza del fútbol y pienso que uno de sus mayores aportes.

De forma tal, que intentar introducir la torpeza del videoarbitraje es solo una señal de decadencia y una muestra más de la enorme ceguera de los personeros de la FIFA, a quienes lo último que realmente les interesa es el fútbol: ese maravilloso deporte que tiene la inmensa capacidad de hacernos soñar y hablar hasta el infinito.

 

*Máster en Literatura y autor de La Gran Hazaña

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