Inicio Deportes Rónald Gonzál...

Rónald González golpea la mesa

(SAN JOSÉ, COSTA RICA 14 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). Costa Rica perdió de nuevo ante Panamá por el mismo marcador y en el mismo escenario, pero ganó un técnico. El 1-0 podría ser simple anécdota, si Rónald González asume su verdadero rol al frente de la Selección.

El Rónald González que salió a la conferencia de prensa no es el que siempre hemos conocido. Lo vi armado de valor. Firme. Cuestionando, con respeto, a los periodistas, y desafiándolos a hablar de fútbol.(Periodistas, por cierto, que no hacen preguntas sino comentarios. ¿Por qué será?)

En el programa del martes de FxD dije, al mediodía, que yo no lo habría contratado como seleccionador, sino que lo hubiera dejado como asistente, pero el Rónald González de anoche me entusiasmó.

Eso hace un técnico, salir a defender su visión de lo que pasó, incluso si está equivocado y apela sus principios con garra, con convicción.  Aplaudo ese proceder.

Al Rónald González pasivo de siempre no lo vi aparecer anoche. Fue otro, defendiendo lo poco que se hizo bien y aceptando que lo ocurrido contra Panamá era “pésimo” y un resultado que le molestaba, que le daba rabia, pero la certeza de que puede con este desafío quedó flotando en esa sala, con ese aire enrarecido que siempre hay en las derrotas.

Quiso llevar a los periodistas más allá del resultado. No lo consiguió, desde luego, pero se cabreó consigo mismo y cuestionó el punto de vista, no las preguntas, porque insisto, es extraño que los colegas no pregunten.

Algunos periodistas quisieron echar todo el fango sobre los jugadores. Salió Rónald González a defenderlos como un verdadero líder. Eso me gusta, señor González, un técnico debe comportarse así.

Sospecho que ha estado viendo cómo se comporta Mourinho. Ese es el camino. Y si se es firme y con ideas, habremos ganado a un futuro gran técnico.

“Las ideas no se mendigan, se arrancan”, solía decir el prócer y poeta José Martí. Rónald González tiene que demostrar que tiene el coraje para exigir a sus jugadores, sin importar el nombre ni la fama ni si juega en el PSG o en Marte.

La prensa está en la obligación de cuestionar y cuestionar con argumentos, pero si a la esgrima se une el técnico y desafía, y responde con fortaleza, estoy seguro de que adentro, en el camerino, ese técnico pondrá las cosas en su lugar y le dirá a cada jugador qué nivel a dónde llegará si sigue por esa senda.

Se perdieron los dos partidos contra Panamá y algunos periodistas oportunistas salieron a señalar solo a los jugadores. Ven el momento. Y no analizan a los otros responsables que también hay en esta historia. El técnico tiene su cuota, desde luego. El presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, tiene la suya, por la senda osucra en que se ha llevado este período de la Selección, pero nadie lo menciona: ¿será que tienen temor de hacerlo o está prohibido?

Los futbolistas que estuvieron convocados cargan con su cuota, pero echarles todo el estiércol es hacer un análisis superficial y mediocre. ¿Qué tan mediocre es esta prensa que cuestiona? ¿Qué tan mediocre somos los que estamos con un micrófono en la mano y delante de una cámara? ¿Nos habremos mirado al espejo?

Un país con una prensa crítica, no la que tenemos hoy, que parece ser vocera del gobierno, por ejemplo, contribuye a una fiscalización de la cosa pública.

Igual sucede en el fútbol, entre mejor prensa seamos, más podremos contribuir, pero irse por lo fácil es camino trillado.

Por eso, yo me quedo con la actitud del técnico, que ayer sí se puso la camiseta de entrenado.  Ayer sí lo sentí líder, más allá de que en el campo tenga que trabajar muchas, muchas horas, para alcanzar un nivel al menos aceptable y presentar así un equipo en condiciones de luchar en cada juego de la eliminatoria.

En estos dos encuentros Panamá fue mejor. Perdimos. Es una estadística atroz, pero si ganamos a un técnico, esta amarga historia podría tener un final feliz.

 

*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

 

 

Artículo anteriorLa hora de los cabrones
Artículo siguienteLa confianza

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí