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Las pifias del Presidente

 

ENTRE PARÉNTESIS

New-José Edo
José Eduardo Mora*

 

(SAN JOSÉ, 16 DE MAYO, 2014-EL JORNAL). A solo ocho días de haber asumido la Presidencia de la República, Luis Guillermo Solís, ese hombre que se presentó al país como la esperanza del cambio, ya cometió una de sus peores pifias en el ejercicio del poder, al izar la bandera de la diversidad y pasar por alto la celebración del día del agricultor y de la familia.

No hay que acudir a la semiótica de Humberto Eco ni a la Sociocrítica de Edmond Cros para deconstruir el discurso que ese acto lleva implícito; no, no es necesario, basta con la malicia indígena que tantas veces evocara Parmenino Medina en La Patada para entender las prioridades que tendrá el ejecutivo.

Desde cualquier punto de vista que se quiera analizar el proceder del Presidente, da la impresión de que al hombre le faltó olfato político y de que los asesores tienen que empezar a despertarse y darse cuenta de que no es suficiente con ir a saludar a los vecinos ni con cortar los árboles  de la Casa Presidencial, para enrumbar de forma adecuada a un país.

El olvido de los agricultores es realmente lamentable y vergonzoso. Sí, es vergonzoso. El Presidente debería de salir a pedirle disculpas públicas a ese importante y determinante sector que es el campesinado costarricense, porque de lo contrario, si por la víspera se saca el día, como decían, por cierto, nuestros abuelos agricultores, este Gobierno pasará por alto la triste realidad que viven miles y miles de campesinos a lo largo y ancho de Costa Rica.

Para terminar de enredar el asunto, cuando los medios nacionales le preguntaron al Presidente del por qué del olvido de los agricultores y de la familia, contestó que estaba de “cabeza” con el problema de la huelga.

Respuesta equívoca, señor Presidente, los campesinos le han dado tanto a este país, empezando por aquellos labriegos sencillos que inmortalizara Billo Zeledón en nuestro himno, que con machetes y rifles fueron a defender la soberanía en el 56, que no merecen una respuesta tan pobre y tan vacía.

Ya son varias las pifias del Presidente, pero entre ellas sobresale la de dar prioridad a la bandera de la “diversidad”por encima de la gran bandera del campesinado, que, de sol a sol, día a día, le da identidad, honor, valentía y grandeza al país.

El autor es director de EL JORNAL y Máster en Literatura.

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