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Fútbol a la deriva

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 22 DE SEPTIEMBRE, 2020-EL JORNAL). El país de los disparates. En eso nos hemos convertido. Hace 30 años íbamos a ser el primer país desarrollado de América Latina. Hoy eso suena a afrenta y a sinsentido.

Leo en La Extra que el gobierno actual del PAC tiene como ideología el comunismo y he buscado línea a línea en la nota para saber dónde estaba oculto el chiste. No lo encontré.

Los sociólogos suelen asociar elementos que en apariencia parecen distantes para encontrar tendencias. Así que entre el disparate de La Extra y el hecho de que la Fedefutbol quiera un trato privilegiado para que un amplio grupo, incluidos los jugadores, vayan a México, disputen un partido y vuelva a Costa Rica como si hubiesen ido a Marte y que luego siga todo como si nada, hay hilos comunicantes que nos indican que vivimos en el país de la sinrazón.

El poder en manos inexpertas y torpes es capaz de acabar incluso con imperios y si no pregúnteles a los romanos, que pasaron de ser el imperio más poderoso de la tierra a la nada, luego de los excesos de sus insensatos líderes, aunque alguno que otro se salvara como el caso de Marco Aurelio.

Quizá en la Federación de Fútbol piensen que están por encima del bien y del mal. Y cuando uno está por encima del bien y del mal puede hacer lo que le dé la gana. La aspiración de pedir excepciones y un trato privilegiado para la comitiva que viajaría a México es una aberración, una falta de inteligencia y hasta de prepotencia.

El mensaje se traduce a sí: Nosotros, la Federación de Fútbol, somos tan importantes, tan determinantes, tan relevantes y tan extraordinarios, que estamos por encima del Estado, de sus instituciones y, desde luego, de sus ciudadanos, quienes deben respetar una Constitución, pero eso no nos concierne a nosotros, porque en en la isla-país que somos en la Fedefutbol tenemos nuestras propias reglas y nuestros propios monarcas.

Ahhhhhhh, es cierto aquello de que en todo lado se cuecen habas. Cada vez que me topo con este tipo de situaciones no puedo dejar de pensar en el querido Eduardo Galeano, autor de Fútbol a sol y sombra, cuando decía a mediados de los años noventa que el mundo estaba patas arriba. Sigue patas arriba, maestro, porque algunos confunden servicio con poder, y creen que son infalibles, como el poder infalible que tiene el Papa.

Es hora, por lo tanto, de que la disneylandia federativa despierte y se dé cuenta de que tienen que apegarse a unas reglas y de que el objetivo supremo de su existencia es enrumbar el fútbol a puerto seguro, y no navegar en aguas turbulentas y llevarlo inevitablemente a la deriva.

 

*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez 2018.

 

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