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Un apasionado Papa visita Brasil

 

Ugalde

Rafael A.Ugalde Q.*

 

(SAN JOSÉ, 24 DE JULIO, 2013). Nadie duda de que el Papa Francisco I soltará alguna pregunta a sus confidentes sobre cómo se prepara Brasil para el mundial del otro año.

El fútbol y los jóvenes apasionan a este carismático Pontífice. Es un cordón umbilical que hace sentirse al Papa con menos años a dónde  él vaya y con quién esté compartiendo.

Cuentan que cuando alguien toca el tema del San Lorenzo de Almagro, equipo del que es hincha Francisco I, y los años mozos de su Argentina querida,  el hombre fuerte del Vaticano no para de hablar. Fútbol y juventud, sin duda alguna,  cara de la misma moneda para un papado moderno.

A su llegada a Brasil, precisamente al más importante encuentro de juventudes, el Papa dejó en claro que no llevaba riqueza y solo ofrecía a Jesucristo.

Con ello dejó marcada la cancha, en forma diplomática como suele ser desde que era Obispo en Argentina, en cuanto no quiere suntuosidades y que el fin último de su periplo es evangelizar.

El catolicismo llegó a Brasil  por medio de los invasores  portugueses; y  otras denominaciones, hoy ampliamente extendidas por el interior de la nación, provienen de los esclavos africanos introducidos por Portugal.

A finales del XX, con el desarrollo de los medios electrónicos, los llamados “cristianos protestantes”,  cuyas sedes centrales están en Estados Unidos, se riegan por todo Brasil y allende de sus fronteras, especialmente las denominaciones de  tinte calvinista.

Según un reciente reporte el número de cristianos no romanos (denominaciones metodistas, pentecostales y bautistas, iglesias de la prosperidad, entre otras) se disparó en Brasil,

 Solo en la última década, los cristianos no romanos pasaron del 15% de la población en 2000 a un 22% de la población en 2010.

 Durante el mismo período, la proporción de los brasileños católicos cayó de 74% de la población a un 65%, informo el Instituto Nacional de Estadísticas. 

Estas estadísticas oficiales  muestran que en  términos generales, el porcentaje de evangélicos aumento un 44%, las iglesias evangélicas llegaron especialmente a las mujeres y a las personas en las comunidades más pobres. 

 El ascenso del cristianismo evangélico es una tendencia creciente en toda América Latina. Hace cuarenta años, el 93.% de  los brasileños se consideraban católicos, en comparación con sólo el 4% que se identifica como evangélicos. En el mismo período, los que dicen que no son religiosos ha crecido a un 8%, frente a menos del 1%.

 

LUCHANDO POR EL PODER

Un viejo adagio popular enseña que el “poder” es como el amor, todo el mundo lo añora y es difícil conservarlo una vez alcanzado. Mas, sí algo hay que reconocer a los católicos, apostólicos y romanos, es que el poder y el amor por el Papa,  varió poco en los dos  últimos siglos.

El papado hoy en día no alista ejércitos de fieles para eliminar a herejes; tampoco dicen al  rey cuánta tierra debe reservarle a las temporalidades de la religión. El control es más sutil y práctico,  frente a un mundo sutil y práctico en cuanto a las tareas de explotación masiva que exige el mercado mundial.

La teología de la Liberación precisamente nace en Brasil con una cosmovisión profundamente cristiana, a fin de enseñar que Jesús es palabra y acción; que no se concibe un “cielo arriba” sino “abajo”,  en constante cambios por ese soplo de vida que dicen dio el Supremo al ser humano.

Enseñó que cuando alguien escribió que era más fácil que un Camello pasara a por el hueco de una aguja a que un rico se salvara,  hacían referencia  concreta a la falta de equidad y justicia en  este Reino de los cielos y no al pecado original de pobreza y miseria.

Un reciente análisis del investigador Emir Sader,  Secretario General el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (de Clacso,), recordó que fue, precisamente,  el Vaticano en la era de Juan Pablo II que combatió  con todo a la llamada Teología de la Liberación, aprovechando el ambiente de la  “guerra fría” que vivía el mundo.

 El Vaticano al alinearse con Estados Unidos y el Reino Unido para protagonizar, junto con Ronald Reagan y Margaret Thatcher,  la ofensiva final contra la Unión Soviética y el  desenlace favorable al bloque imperialista en la Guerra fría, formó parte de eso la represión y el fundamental adelgazamiento de la Teología de la Liberación, que podría haber sido la versión popular del catolicismo, precisa el científico (ver más en http://www.jornada.unam.mx/2013/07/23/opinion/004a1pol)

 Sader  sostiene que la  fuerte ofensiva del Vaticano contra la Teología de la Liberación mató a la gallina de los huevos de oro del catolicismo y abrió el camino para todas las variantes evangélicas, que ocuparon un espacio que bien podría haber sido llenado por la teología reprimida. En lugar de fortalecerse, la Iglesia católica entró en una profunda y probablemente irreversible decadencia.

La visita del Papa a Brasil –considerado el mayor país católico del mundo– tiene como propósito intentar recuperar el espacio perdido en las pasadas décadas, a contramano de las tendencias de adhesión a otras religiones y de expansión de varias corrientes evangélicas, indica Sader.

Hoy las llamadas iglesias del protestantismo y evangélicas representan en Brasil el 15,4%; los ateos y agnósticos 7,4%, espiritismo un 1,3% y religiones propias nacidas al interior de Brasil el 0,3%.

Sin embargo, el porcentaje de creyentes controlados por Roma sería superior a 65% de la población,  si a la Teología de la Liberación no se hubiere golpeado como se hizo por el papado anterior a Francisco.

El otro ángulo que a lo mejor no entusiasma tanto al Papa como los jóvenes y el fútbol, es la posición estratégica que significa Brasil en el plano Latinoamericano y el mundo.

Seguramente conoce a la perfección que Brasil estará pronto dentro de las potencias mundiales en cuanto a exportaciones de tecnología de punta y energía y que el modelo económico posiblemente entre en  conflicto con los grandes polos de poder que saquean  los recursos primarios en el llamado Tercer Mundo.

Fransciso conoce de primera mano que durante 500 años estos países dispendiados por la cruz y el invasor piden a gritos libertad plena y respeto a sus soberanías.

Una síntesis, de los aires de cambios en la región la dio recientemente el presidente de Bolivia Evo Morales, en ocasión de firmar acuerdos bilaterales con su similar de Ecuador Rafael Correa, cuando dijo  que mientras en el mundo exista el imperio y el capitalismo, la lucha de los pueblos seguirá porque  el capitalismo provoca injusticia y pobreza  ( Ver Telesur 23/7/13,portada).

* Periodista,abogado y notario de la UCR

Teologia de la Liberacion
La Teología de la Liberación podría tener un nuevo aire con el Papa Francisco.

 

 

 

 

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