José Eduardo Mora director@eljornalcr.com
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, MARTES, 02 DE SEPTIEMBRE-EL JORNAL). Mónica Esgueva es una talentosa conferencista internacional en temas de liderazgo y desarrollo personal. Desde España, donde reside, se mueve por el mundo para conocer culturas y enriquecer su vida.
Una de sus pasiones es ayudarle a la gente a que mejore sus estándares de vida. A que cambie su manera de pensar, que es un primer gran paso, para empezar a ver el mundo y los seres de una forma diferente.
Se desempeña, también, como “coaching” personal, en el que contribuye con sus conocimientos para que las personas vivan con más plenitud, y es una enamorada de Oriente, a donde viaja con frecuencia.
En España es una invitada habitual en programas de televisión y constantemente es consultada en temas de desarrollo personal y espiritual.
“Mensajes para el alma, Los tres pilares de la felicidad, Cuando seas feliz y Donde pueda rozar tu corazón”, son algunos de sus libros, en los que muestra caminos para que las personas empiecen a conectarse con su yo, y empiecen a descubrirse así mismos, que es una de las máximas tareas que tiene el ser humano.
Esgueva aconseja entrenar las emociones para mejorar la vida, solo que ese entrenamiento requiere perseverancia y empeño.
En esta entrevista, concedida a EL JORNAL, esta experta en Programación Neurolingüística (PNL), destaca que la búsqueda de la paz y de la felicidad empieza en el interior de cada persona.
“Buscar fuera el aprecio es una carrera sin fin y condenada al fracaso. No lo aconsejo”, afirma de manera categórica, lo cual revela la hondura y el compromiso de su pensamiento.
Sobre la posibilidad de cambio, sobre la esencia de lo que somos y sobre esa idea de que somos seres infinitos, así como la importancia de reinventarse cada vez que sea necesario, Mónica Esgueva, quien vivió tres meses en Costa Rica, habla en esta entrevista.
¿Somos, verdaderamente, seres sin límites?
–Sin duda. Lo único que nos limita son nuestras propias creencias y nuestros miedos. Somos seres poderosos más allá de lo que podemos imaginar, destinados a brillar y a volar, y para hacerlo a menudo hay que desaprender los pensamientos que nos constriñen y que nos han inculcado desde pequeños.
Las personas suelen ser escépticas y piensan en negativo. ¿Cómo hacer para que empiecen a ‘pensar en positivo’?
–Nadie tiene que pensar en positivo si no quiere. Es una elección personal y si la persona no ve la necesidad de hacerlo, es absurdo que nadie le diga que debe cambiar. Simplemente es una invitación: ¿Quieres cambios en tu vida? ¿Deseas resultados diferentes? Si es así, algo tendrás que hacer de manera diferente… Y por supuesto todo comienza por transformar tu manera de pensar y la perspectiva que decides adoptar en cada momento.
¿Por medio de pensamientos positivos, creativos, inspiradores, se pueden cambiar nuestras vidas pese a las circunstancias?
–El cambio de pensamiento es primordial, pero es solo el principio. Hay que tener mucha perseverancia y paciencia; los cambios esenciales y que permanecen no suceden de un día para otro.
¿Por qué cree que en Occidente hemos descuidado la educación de las emociones?
–Seguramente porque nos hemos obsesionado con lo material. Cuando lo único que nos interesa es ganar más dinero, adquirir un mayor número de objetos, subir en la escala social, obtener mayor admiración… ¿Para qué sirve poner mayor atención en las emociones? En este tipo de paradigma en el que estamos sumidos, saber gestionar las emociones no constituye una prioridad para casi nadie.
“¿Se pueden entrenar las emociones” para darle un giro a nuestras vidas?
–¡Claro que sí! Los últimos descubrimientos de las neurociencias demuestran que nuestro cerebro es maleable a lo largo de toda la vida, y se transforma a través de las experiencias que vivimos y también a través de los pensamientos y sentimientos que alimentamos. Por eso el entrenamiento mental es crucial si queremos llevar las riendas de nuestra vida en lugar de ser simplemente víctimas de las circunstancias.
¿Falla la educación formal en temas clave como el emprendimiento, el manejo de las emociones y de las relaciones personales?
–Así lo creo, pero para ello hace falta un cambio de mentalidad para que se comprenda la importancia vital de la inteligencia emocional a la hora de motivarse, de conocerse uno mismo, de desarrollar la empatía, la habilidad de gestionar las emociones perniciosas y la capacidad de relacionarse con armonía con los demás… A efectos prácticos todavía se sigue creyendo que lo único que importa es la acumulación de información en los alumnos y de títulos.
En el emprendimiento, y el caso español es muy significativo, se habla de la posibilidad de reinventarse. ¿Nos podemos reinventar en el ámbito laboral y personal?
–Por supuesto. Estamos en la era del cambio, por fin estamos comprendiendo que lo único estable en la vida es el cambio, aunque en general aspiremos a la estabilidad. Reinventarse siempre es una posibilidad a nuestro alcance, pero sin engañarnos. Todo cambio de cierta importancia lleva un tiempo para poderlo asentar, integrar y desarrollar. Y tiene un precio. Aunque la satisfacción de alinearse con quién eres de verdad o quién aspiras a ser compensa con creces.
¿Se puede ser espiritual en un capitalismo salvaje como el que prevale en nuestro sistema?
–Estoy convencida de que sí, de otro modo ahora estaría viviendo en Oriente… Conlleva mucho esfuerzo consciente nadar contracorriente, pero hoy por hoy es en nuestra sociedad occidental donde más se necesita plantar semillas para que el mundo cambie, es aquí donde más poder tenemos para cambiar las cosas y paradójicamente donde mayor sufrimiento psicológico existe también.
En “Mensajes para el alma”, su más reciente libro, se plantea una serie de preguntas clave como estas: ¿Qué es la espiritualidad? ¿Es el amor la energía más poderosa? ¿Cómo hacer para que me quieran?”. Puede comentarnos brevemente estas interrogantes.
–Para mí la espiritualidad es reconocer que no somos nuestro cuerpo, ni nuestras posesiones, ni nuestro ego, ni lo que los demás opinan sobre nosotros. Somos seres infinitos viviendo una experiencia de aprendizaje humana.
La espiritualidad es tomar conciencia de que no estamos separados ni somos entidades aisladas, sino que estamos interrelacionados entre nosotros y con el resto de seres vivos. Somos UNO.
El amor es la base de todo, es lo que nos une, lo que nos nutre, lo que hace que la vida merezca la pena. El amor hacia el que debemos tender es el amor incondicional, el resto de lo que llamamos amor son solo sucedáneos.
Buscar afuera el aprecio es una carrera sin fin y condenada al fracaso. No lo aconsejo.
Es una viajera infatigable, según su autobiografía. ¿Ha pasado por Costa Rica o piensa visitar el país en un futuro cercano?
–Sí, pasé un verano entero en su hermoso país. Mi padre estuvo trabajando en proyecto de ingeniería un año entero allá y eso me dio la oportunidad de vivir en San José casi tres meses, y descubrir la belleza natural que tan bien han sabido conservar. ¡Me encantaría volver!