(MIÉRCOLES 21 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL).Desconocer que en América Latina y el Caribe sobrevivieron sus dictaduras militares gracias a la Organización de Estados Americanos (OEA), equivale a negar la prostitución diplomática que durante más de medio siglo impuso ese organismo en el plano hemisférico.

La dictadura del general chileno Augusto Pinochet echó raíces en Chile en la década de los ochentas por  la OEA. Su aventajado alumno,  Sebastián Piñera y sus “carabineros”,  dejan ciegos a decenas de  quienes protestan en las calles, desaparecen gente o judicializan  a los líderes de los pueblos originarios, pero para esa organización nada pasa en ese país del cono sur. En Colombia ya perdieron la cuenta de dirigentes sociales asesinados por un Estado fallido, pero la OEA no ve ni  oye.

Dos dictaduras sanguinarias en nuestra América se sostuvieron hasta que sus pueblos se rebelaron, porque la OEA las resguardó.  Se trata  de la  República Dominicana y Nicaragua, con Rafael Trujillo y la de Anastasio Somoza, respectivamente, que convirtieron esas naciones en algo menos que una colonia a la medida del siglo XX.

En Guatemala, Honduras, Venezuela, El Salvador, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Brasil, Perú; en fin, la lista de dictaduras instauradas en América es larga; todas “bendecidas” por la  OEA.

A diferencia del siglo pasado, cuando la OEA aparentaba algún grado de “moral”, hoy  ella y  el “Grupo de Lima” ni siquiera se sonrojan cuando abordan temas como las relaciones internacionales, los derechos humanos y  la democracia en naciones con el 20% de gente desempleada, millones de seres humanos sin vivienda digna, miles de niños que mueren de hambre cada día en el continente y en el Caribe, etc

Almagro y su “banda”, empero, son ahora quienes determinan quiénes son “democráticos”, qué elecciones son válidas y cuáles se desconocen. Esta “moral”   los llevó a promover  el golpe de Estado en Bolivia un año atrás contra Evo Morales, gritando al unísono: ¡Fraude¡. ¡Fraude¡ ¡Democracia¡.

No obstante, en las elecciones del pasado 19 de octubre tuvieron que tragarse cada una de sus palabras. Nos hicieron creer a través de noticias machoteras que el Movimiento al Socialismo (MAS) y su candidato, Evo Morales, no obtuvieron un 10% sobre el candidato pro Estados Unidos, el conservador Carlos Mesa.

Apoyaron un gobierno de facto en Bolivia durante un año (lapso suficiente para privatizar energéticos, quitar derechos y tierra a los indios y llenarse los bolsillos gracias a actos corruptos con la compra de armas), no tuvieron empacho en callar los asesinatos del fascismo policial,  cada vez que desaparecieron ciudadanos y rociaban de gas lacrimógeno al pueblo, volvían  la cara para otro lado para no ver la violación de los derechos humanos en la nación andina.

Ni CNN, ni la cadena de noticias Fox, ni el New York Times, etc., consorcios que marcan la pauta al dizque “periodismo independiente”  (telenoticias, Repretel, La Nación, entre otros, en nuestro país  están excusados), categorizaron como “golpe de Estado” descarado  lo ocurrido en Bolivia.

Sin embargo, sin que se conociera el voto de las áreas rurales, donde el MAS tiene sus fortalezas entre el campesinado y pueblos originarios, el partido de Morales ya se sabía que había “garroteado” a los partidos de la OEA. Sí el año pasado quienes defienden el statuo de neocolonia para América decían que Morales no superaba el 10% de los votos, en las recientes votaciones del 19 de octubre de 2020 al   pueblo no le importó  la pandemia de la Covid 19, se tiró a la calle  y  duplicó ese porcentaje.

Por eso México salió al rescate de la moral en la diplomacia, recordando a Almagro su papel protagónico en la anulación de las elecciones bolivianas en 2019. La agencia Infobae (21/10/2020) atribuyó a Maximiliano Reyes, Subsecretario mexicano para América Latina,   haber dicho, refiriéndose a Almagro y a su grupo: «Ustedes han deslegitimado a las misiones electorales». «Lo que ocurrió con la OEA en Bolivia no debe repetirse jamás» .La diplomacia costarricense  forma parte del llamado “Grupo de Lima” desde su fundación.

La cuestión surge primero, porque la OEA y Almagro envió una misión a “observar” las elecciones en Bolivia (al pueblo boliviano eso le importaba un bledo), y luego, hasta felicitó al MAS y a su candidato y presidente electo, Luis Arce,  por su gran  victoria.

A veces hay personas con nada, absolutamente, nada de decoro¡ como advertía el prócer José Martí.

Periodista, abogado y notario por la Universidad de Costa Rica

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