(JUEVES 04 DE AGOSTO, 2022-EL JORNAL). Cristiano Ronaldo decidió hacerse peregrino de sí mismo. Su ego, maravilloso, que le permitió cosechar los más altos éxitos y realizar una carrera extraordinaria, le traiciona hoy y lo deja a la vera del camino, como si fuera un pordiosero.
Fue ofrecido al Atlético de Madrid pero ahí los aficionados no lo quieren. El vestuario del Manchester United tampoco le espera, después de las muestras de falta de compromiso y su anhelo de jugar la Champions.
Hoy Cristiano se ofrece al mejor postor y eso le hace daño a su inmaculada trayectoria. Mejor lo ha hecho Messi, que refugiado en el París Saint Germain, pasa sin pena ni gloria, pero nadie habla de que el argentino puede ir al Corinthians como le sucede al portugués.
Cristiano sufre en la actualidad el síndrome de los boxeadores, quienes se retiran y al cabo de los meses siempre quieren volver a sentir la adrenalina de estar en donde mejor entienden la vida: en el ring.
El exdelantero del Real Madrid es ofrecido por su representante Jorge Mendes como si fuera una mercancía. No se merece esta odisea. Hay que saber retirarse. Es una decisión descomunal, se entiende, pero hay muchos espejos en los que puede mirarse.
Su hasta hace unos años compañeros, Toni Kross, no ha querido renovar con el Madrid para saber cómo se siente al final de temporada y anunció que no quiere ofertas ni de China ni de la Conchinchina, porque eso no va con él.
Me dirán que es una mentalidad alemana, muy distante de la de un ibero, como Cristiano, pero hombre, si estás en el mundo de los cracks, es pertinente comportarse como tal.
Retirarse a tiempo, qué dilema, y si no, pregúntenle a Cristiano.
