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El nacimiento de Alcohólicos Anónimos

Por F. S.*

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 13 DE MARZO, 2017-EL JORNAL). Probablemente, muchísimas personas han oído hablar o han leído, o han visto películas en las que se habla o comenta acerca de Alcohólicos Anónimos (AA) desde que se inició el 10 de junio del año de 1935.

Algunas personas conocen someramente del programa de recuperación del alcoholismo y de las bondades en el tratamiento que ha ayudado a millones de bebedores problema a resolver su situación, pero otros solo tienen una idea muy superficial de que Alcohólicos Anónimos es una agrupación que, de un modo u otro, ayuda a los borrachos a dejar de beber.

Estos cortos ensayos están preparados para aquellos que estén interesados en Alcohólicos Anónimos, ya sea por tener problemas con la bebida, o para un amigo o pariente que muestra los síntomas graves de un mal ya conocido por la sociedad o sencillamente porque desean estar mejor informados acerca de esta colectividad poco común.

Alcohólicos Anónimos tuvo su comienzo en Akron, Ohio, Estados Unidos, en 1935 cuando un hombre de negocios de Nueva York, a quien llamaremos Bill W., que había logrado permanecer sobrio por primera vez en varios años, buscó a otro alcohólico a quien llamaremos Bob.

Durante los pocos meses de su recientemente adquirida sobriedad, el neoyorquino (Bill) había observado que sus deseos de beber disminuían cuando trataba de ayudar a otros «borrachos» a intentar permanecer sobrios.

Trabajando juntos, el hombre de negocios y el médico descubrieron que su capacidad de permanecer sobrios parecía estar muy relacionada con la cantidad de ayuda y estímulo que pudieran darles a los demás alcohólicos.

Durante los primeros años, la nueva sociedad de exborrachos se desarrolló lentamente, carecía de nombre, de organización y de material impreso que la describiera. Se establecieron grupos en Akron, Nueva York, Cleveland y algunos otros lugares.

Para 1939 se publicó el libro “Alcohólicos Anónimos”, del cual la agrupación tomó su nombre, y con la ayuda de amigos no alcohólicos comenzó a llamar la atención tanto en Estados Unidos como en el extranjero.

Con el tiempo, se abrió en Nueva York una oficina de servicio que se encargó de atender a los millares de cartas que llegan cada año solicitando información y literatura. Los millares de hombres y mujeres que han ingresado a la sociedad de Alcohólicos Anónimos no son misioneros altruistas. Su empeño y voluntad para ayudar a otros alcohólicos, puede más bien calificarse de interés propio bien entendido. Los miembros de AA se dan cuenta de que su propia sobriedad depende en gran parte del contacto continuo con otros alcohólicos.

Después de leer estos avances, pueda que usted tenga algunas preguntas que no hayan sido contestadas completamente. Si en su localidad hay un grupo de Alcohólicos Anónimos, sus miembros tendrán mucho gusto en darle información adicional.

*El autor es alcohólico anónimo.

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