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El abstencionismo vuelve a triunfar

Votantes en la escuela Joaquín García Monge de Desamparados.

EDITORIAL

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 05 DE FEBRERO, 2018-EL JORNAL). Una vez más, en esta ocasión el más alto en 65 años, con un 34, 27 por ciento, el abstencionismo ha sido gran ganador en las elecciones de este 4 de febrero.

Eso significa un sonoro fracaso de la institucionalidad costarricense: del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en primer lugar, porque es una institución que juega al gato y al ratón, cuando no debe hacerlo; de los partidos políticos, cuyas estructuras son como de cristal y su propuesta programática desapareció y es un fracaso de la educación que crea ciudadanos con muy poco criterio para distinguir lo negro de lo blanco y saber que existen grises.

Millones de millones tirados a la basura por una democracia costarricense que está en cuidados intensivos. Las elecciones de ayer fueron el reflejo de la charanga en que se convirtió el proceso, en el que decisiones de entidades externas como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que de neutral no tiene nada, los ataques personales y la falta de propuestas que respondan a un estudio de la realidad nacional. Eso fue la elección un tango mal ejecutado y mal bailado tanto por el TSE como por los ciudadanos.

Ante tal panorama las fuerzas se han polarizado entre quienes quieren imponer la visión de una minoría y los que apelan a elementos que van más allá de la razón. Mientras tanto, los grandes problemas como el déficit fiscal, el olvido de las zonas costeras, la falta de oportunidades para los agricultores, los jóvenes y los profesionales recién salidos de las universidades, así como la marginación de los adultos mayores se agravan cada vez más.

Los comicios dejan un triste retrato del país, en el que no han faltado los oportunistas, aquellos que por azar siempre aparecen en puestos elegibles o listos para subir al trono, gracias a que son “posteadores en Facebook”, dado que aquello de pegar banderas quedó en el pasado.

Ha triunfado, con creces el abstencionismo. Mal augurio para una patria que se desangra.

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